A pesar de los impresionantes avances tecnológicos de los últimos cien años, los pronósticos meteorológicos no logran predecir el clima con precisión más allá de dos semanas. Esta limitación ha desconcertado a expertos y científicos, incluso en una era marcada por la recopilación de datos avanzados y la inteligencia artificial. Según Ted Shepherd, un destacado experto en clima y titular de la cátedra Grantham en Ciencias Climáticas de la Universidad de Reading, la respuesta a esta cuestión se encuentra en la teoría del caos.
El impacto de la tormenta de 1987 en el Reino Unido
Un ejemplo claro de las dificultades para predecir fenómenos meteorológicos con precisión ocurrió en octubre de 1987, cuando una feroz tormenta sorprendió al sur de Inglaterra. Con vientos superiores a los 100 km/h, esta tormenta causó la muerte de 18 personas y la destrucción de 15 millones de árboles. Lo más alarmante fue que, a pesar de los avances tecnológicos de la época, los meteorólogos no pudieron preverla hasta la noche anterior.
Ted Shepherd recuerda cómo en ese momento los pronósticos meteorológicos individuales eran demasiado confiables, lo que resultó en una falta de preparación para el evento. Hoy en día, los meteorólogos cuentan con un enfoque diferente. “Los centros meteorológicos nunca se fiarían de un solo conjunto de pronósticos”, explica Shepherd. Gracias a una mayor conectividad y mejor intercambio de datos, ahora los pronósticos se basan en una multiplicidad de fuentes y sistemas.
La importancia de los avances tecnológicos en los pronósticos
La tecnología ha permitido que los pronósticos meteorológicos sean más precisos. Los satélites, las boyas y los barcos recogen una gran cantidad de datos que, combinados con potentes sistemas informáticos y algoritmos de aprendizaje automático, ayudan a los meteorólogos a predecir fenómenos con mayor certeza. Además, la comprensión de la dinámica atmosférica ha mejorado significativamente.
Sin embargo, Shepherd señala que el cambio más significativo no ha sido solo tecnológico, sino también conceptual. Hoy en día, los pronósticos no se basan en una única predicción, sino que reflejan un conjunto de datos que capturan la incertidumbre inherente al sistema climático. De esta forma, los meteorólogos pueden ofrecer una gama de posibles resultados, reconociendo que no se puede predecir el clima con exactitud absoluta.
El efecto mariposa y los límites de la predicción climática
La teoría que explica por qué los pronósticos no pueden abarcar períodos más largos se basa en el concepto del “efecto mariposa”, desarrollado por Edward Lorenz en la década de 1960. Según esta idea, pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden generar resultados completamente diferentes, lo que hace que sea imposible prever con certeza lo que ocurrirá más allá de dos semanas.
Shepherd explica que el “efecto mariposa” plantea un límite teórico en la precisión de los pronósticos. A medida que se intenta predecir el clima en períodos más largos, las pequeñas imprecisiones se multiplican, lo que hace que los resultados se vuelvan menos confiables.
¿Cuándo se convierte la meteorología en climatología?
El propósito de los pronósticos meteorológicos es proporcionar una predicción de lo que sucederá en un lugar y momento específicos. Sin embargo, como señala Shepherd, cuanto más lejos en el tiempo se intente prever, más vaga será la predicción. En este sentido, los pronósticos de largo plazo tienden a asemejarse más a las previsiones climáticas, que analizan tendencias generales a lo largo de los años.
Este cambio en el enfoque de la meteorología es clave para la investigación actual. Proyectos como el CausalBoost, financiado con fondos europeos, intentan abordar este vacío entre las predicciones meteorológicas y las previsiones climáticas. Dirigido por Marlene Kretschmer y Ted Shepherd, el proyecto utiliza algoritmos de aprendizaje automático para mejorar los pronósticos de lluvias en la región mediterránea. Al entender mejor los factores que causan las lluvias en esa zona, los agricultores podrían planificar mejor sus cosechas y estaciones secas.
El futuro de los pronósticos meteorológicos
A pesar de los límites inherentes a los pronósticos meteorológicos, los avances en el análisis de datos y el uso de tecnologías emergentes continúan mejorando la precisión de las predicciones. Aunque no podemos esperar predecir el clima con meses de antelación, el trabajo en curso en la intersección de la meteorología y la climatología promete seguir reduciendo la incertidumbre y mejorando nuestra capacidad para prepararnos ante fenómenos meteorológicos extremos.
El futuro de la predicción del clima podría estar más cerca de lo que imaginamos, pero siempre limitado por las complejidades del caos que gobierna la atmósfera.
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