El Clásico Nacional entre América y Chivas, programado para el sábado 14 de septiembre, siempre genera expectación entre aficionados y jugadores, tanto actuales como retirados. Oswaldo Sánchez, quien fue portero de las Chivas y un protagonista habitual en este enfrentamiento, compartió su perspectiva sobre lo que significa este icónico partido.
Para Sánchez, el Clásico Nacional es más que un simple encuentro de futbol. “Siempre fue el partido que subrayaba en el calendario y decía ‘este no se puede perder’”, recordó con nostalgia. Este enfrentamiento entre América y Chivas, conocido como el “Clásico de Clásicos”, siempre ha despertado emociones profundas en los jugadores y seguidores de ambos clubes.
Mayor mérito para Chivas: Una cuestión de filosofía y orgullo
El exguardameta enfatizó que ganar este duelo vistiendo la camiseta de Chivas tiene un significado especial. “Jugar para Chivas y vencer en el Clásico tiene más mérito”, explicó Sánchez, subrayando que este orgullo proviene de la política del equipo de contar solo con jugadores mexicanos. “Es un equipo formado por futbolistas que luchan y sueñan con vencer a un América lleno de estrellas internacionales”, añadió con orgullo.
Aunque Sánchez reconoce que la intensidad del Clásico ha evolucionado, asegura que la rivalidad sigue siendo fuerte. “Hoy en día no sé si se viva con la misma pasión que antes. Antes había expulsiones, enfrentamientos duros. Ahora parece ser más moderado en ciertos momentos, pero la emoción sigue viva”, comentó el exfutbolista, aludiendo a cómo el futbol ha cambiado con el tiempo.
Un análisis del presente: Chivas vs. América
Sánchez también ofreció su análisis sobre el estado actual de ambos equipos. “Futbolísticamente, Chivas está mejor tácticamente. América ya no está en su mejor momento tras su bicampeonato, pero sigue teniendo una plantilla de gran calidad, lo que los convierte en un equipo capaz de ganar el partido”, afirmó el exarquero.
Por último, Oswaldo Sánchez rememoró uno de los momentos más emblemáticos de su carrera en el Clásico Nacional. “La Semifinal de 2006 fue un partido épico, especialmente cuando detuve un penalti clave a Salvador Cabañas. Pero si tengo que destacar un encuentro, el 3-3 de 2005 fue inolvidable: actuaciones magistrales de todos los jugadores, un partido lleno de volteretas que dejó una huella imborrable en los aficionados”, concluyó.
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