Este año ha sido testigo de varias películas que se han autoproclamado como las más aterradoras de la última década. Sin embargo, sin tanta publicidad sensacionalista, La Sustancia, dirigida por la cineasta francesa Coralie Fargeat y protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley, se ha posicionado como una de las propuestas más sobresalientes en el género del terror. Este filme no solo destaca dentro del “body horror”, sino que también rinde homenaje a grandes directores como Stanley Kubrick, Darren Aronofsky y, sobre todo, David Cronenberg.
La historia gira en torno a Elisabeth Sparkle, una actriz consagrada que ha pasado su mejor momento y ahora enfrenta el declive de su carrera mientras la industria del entretenimiento busca reemplazarla por rostros más jóvenes. En este escenario, Elisabeth descubre una droga revolucionaria que promete rejuvenecerla y transformarla en una versión idealizada de sí misma. Margaret Qualley, quien interpreta esta versión mejorada de Elisabeth, brilla en este papel, tal como lo hizo recientemente en la película Vivian de Yorgos Lanthimos.
Efectos visuales realistas y una narrativa envolvente
Con una duración de más de dos horas, La Sustancia atrapa al espectador desde el primer momento, dejando una sensación de querer más al final. Una de las escenas más memorables es aquella en la que Elisabeth prueba por primera vez “la sustancia”, presentada con efectos prácticos que otorgan realismo a la experiencia. El uso de CGI es mínimo y está reservado solo para detalles sutiles, lo que potencia el impacto visual y garantiza que más de uno apartará la vista de la pantalla por la intensidad de las imágenes.
El guion, escrito por la misma directora y galardonado en Cannes, ofrece una crítica incisiva a la industria de la televisión y el entretenimiento, donde las mujeres parecen tener una “fecha de caducidad”. La película expone de manera cruda y grotesca la forma en que los productores y ejecutivos ven y tratan a las actrices. El montaje es clave para transmitir esta crítica, utilizando recursos visuales que incomodan, pero a la vez invitan a la reflexión sobre la objetivación de las mujeres en los medios.
Referencias a grandes cineastas
La Sustancia no solo se sostiene por su innovadora narrativa, sino que también rinde tributo a maestros del cine. En especial, se aprecia el uso del “Montaje Hip-Hop”, técnica popularizada por Darren Aronofsky en su aclamado Requiem for a Dream. Este tipo de montaje añade dinamismo a la película y refuerza la sensación de caos y decadencia que experimenta la protagonista.
Quienes entren a ver La Sustancia deben prepararse para una experiencia cinematográfica diferente, que combina un sofisticado terror corporal con un drama profundamente humano. La película logra generar incomodidad, ansiedad y miedo, envueltos en una narrativa cuidadosamente elaborada y actuaciones sobresalientes.
Sin duda, esta obra de Coralie Fargeat dejará una marca en el público y probablemente se lleve algunos premios en festivales de cine, consolidando su lugar como una de las propuestas más valiosas del año.
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