Un evento astronómico sin precedentes se está gestando en el cielo nocturno: el paso del cometa G3 Atlas, descubierto en abril de 2024, promete deslumbrar a quienes tengan la suerte de observarlo. Este fenómeno será visible en enero de 2025 y, debido a su órbita, no se repetirá en los próximos 160 mil años.
El G3 Atlas se acercará al Sol, alcanzando su punto más cercano en su recorrido. Este evento será una oportunidad única para los aficionados a la astronomía y aquellos interesados en los cuerpos celestes, aunque su visibilidad será limitada por la cercanía del cometa al horizonte y la intensa luz solar.
¿Cuándo y cómo verlo desde Chihuahua?
En el hemisferio norte, el cometa comenzó a ser visible el 13 de enero al atardecer, y se podrá observar nuevamente al amanecer del 14 de enero, a unos 10 grados sobre el horizonte. Debido a su proximidad al Sol, el G3 Atlas será más difícil de ver en este hemisferio, pero aún será posible si se cuentan con las condiciones adecuadas.
Por otro lado, el hemisferio sur tendrá una mejor oportunidad de observar el cometa, especialmente en los días posteriores al 13 de enero, antes del amanecer, cuando el cometa cruzará las constelaciones de Capricornio y Sagitario.
Características del cometa G3 Atlas
El núcleo del cometa G3 Atlas, de apenas unos pocos kilómetros de diámetro, ha mostrado variaciones en su brillo, lo que podría indicar que su núcleo está comenzando a desintegrarse. Este fenómeno podría reflejar un aumento en la actividad de la superficie del cometa, lo que ocasiona la liberación de gas y polvo en grandes cantidades. Debido a esto, su luminosidad durante su paso por el cielo es incierta, lo que agrega un toque de misterio al evento.
El cometa G3 Atlas fue descubierto el 5 de abril de 2024 por el programa de vigilancia Asteroid Terrestrial-Impact Last Alert System (Atlas), utilizando imágenes tomadas con un telescopio en Río Hurtado, Chile. En su primer análisis, los observadores confirmaron la naturaleza del cometa, observando una coma condensada de 3 a 5 segundos de arco y una cola de aproximadamente 7 segundos de longitud.
Este fenómeno astronómico no solo es una rareza en términos de su aparición, sino también una oportunidad invaluable para el estudio de la composición química y la evolución de los cuerpos que forman el Sistema Solar. Aunque los cometas son cuerpos frágiles, su estudio ofrece valiosos conocimientos sobre el origen y desarrollo de nuestro sistema planetario.
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