La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) confirmó oficialmente la llegada del fenómeno climático de La Niña a México . Según el informe publicado este jueves, las condiciones de La Niña comenzaron a manifestarse en diciembre de 2024, con temperaturas superficiales del mar por debajo del promedio en el Océano Pacífico ecuatorial central y este-central.
Los últimos índices semanales registrados muestran anomalías de -0,7 °C en la región Niño-3.4 y -0,6 °C en Niño-4, mientras que las zonas Niño-1+2 y Niño-3 se encuentran cerca de valores neutrales. Estos datos permiten a la NOAA corroborar que La Niña está oficialmente presente.
Cambios climáticos y sus efectos
El informe destaca un enfriamiento subsuperficial significativo en el Pacífico ecuatorial central y oriental, lo que ha intensificado las anomalías del viento. Las corrientes de nivel bajo sobre el Pacífico occidental y central se desplazaron hacia el este, mientras que las de nivel superior se movieron hacia el oeste sobre el Pacífico central y oriental. Adicionalmente, la convección se suprimió cerca de la Línea de Cambio de Fecha y se intensificó sobre Indonesia. Estos factores reflejan el acoplamiento entre el océano y la atmósfera, característico de La Niña.
Según Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, se trata de un fenómeno esperado pero relevante. “La NOAA pronostica que este evento será de baja intensidad y corta duración, con un 60% de probabilidades de concluir durante el otoño austral”, explicó. Este dato es crucial para regiones como Chile, donde La Niña suele reducir las precipitaciones en la zona central.
Pronóstico para los próximos meses
De acuerdo con la NOAA, se espera que La Niña persista hasta febrero o abril de 2025, con una probabilidad del 59%. Durante la primavera, podría darse una transición hacia condiciones neutrales del fenómeno ENSO (El Niño-Oscilación del Sur), lo que incrementaría las probabilidades de precipitaciones más cercanas a los promedios históricos en algunas regiones afectadas por el fenómeno.
Pese a su baja intensidad, los efectos de La Niña podrían incluir sequías en diversas zonas del hemisferio sur, así como posibles alteraciones en los patrones climáticos globales. Sin embargo, al tratarse de un evento débil, los impactos tradicionales podrían ser menos marcados.
La llegada de La Niña genera preocupación en el sector agrícola, dado que su influencia puede afectar la disponibilidad de agua y el desarrollo de cultivos. Los agricultores y las autoridades locales deberán estar atentos a las actualizaciones climáticas para planificar estrategias de mitigación ante posibles escenarios adversos.
Con la transición a condiciones neutrales esperada para mediados de 2025, expertos sugieren mantenerse informados sobre los comunicados de la NOAA y otros organismos climatológicos que monitorean la evolución del fenómeno.
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