Ella es Esther Adame, madre devota que se trasladó a Ciudad Juárez para cuidar a su hijo tras un grave accidente automovilístico
Para poder estar cerca de su hijo y brindarle el apoyo necesario, Esther decidió emprender un negocio de gorditas y barbacoa que opera los sábados en el kilómetro 20 de la carretera Panamericana.
El amor de una madre es, sin duda, uno de los más fuertes que existen, si no el más fuerte. Esther Adame, una ciudadana de Torreón, Coahuila, demostró esta fuerza al trasladarse a Ciudad Juárez para cuidar a su hijo tras un grave accidente automovilístico. Esta es su historia.
“Buenas tardes, mi nombre es Esther Adame Martínez y vengo de Torreón, Coahuila. Aproximadamente hace tres meses, mi hijo sufrió un accidente y debido a eso yo me tuve que venir para acá para apoyarlo”, compartió Esther.
Para poder estar cerca de su hijo y brindarle el apoyo necesario, Esther decidió emprender un negocio de gorditas y barbacoa que opera los sábados en el kilómetro 20 de la carretera Panamericana. Este emprendimiento no solo le permite cuidar a su hijo, sino también apoyar a sus otras tres hijas que están estudiando en Torreón.
“Tengo una hija que va para ingeniera química, otra en desarrollo de negocios industriales y una más en preparatoria. Como mamá, es mi responsabilidad apoyarlas también”, explicó Esther.
El conductor responsable del accidente de su hijo se dio a la fuga, dejando a Esther y su familia a enfrentar solos las consecuencias. “Se podría decir que se dio a la fuga porque no fue detenido. Yo llegué por la mañana y mi hijo tuvo el accidente un día antes. Esta persona solo le dio a mi hijo 5,000 pesos y un número de teléfono, pero eso no es nada comparado con el riesgo que corrió mi hijo”, detalló Esther.
A pesar de la atención inicial en el hospital, las heridas de su hijo se infectaron, lo que obligó a la familia a recurrir a atención médica privada, aumentando los gastos considerablemente. Las terapias y tratamientos han representado un gran desafío financiero para la familia.
A pesar de todas estas dificultades, Esther ha encontrado una manera de ser un ejemplo para sus hijos, vendiendo gorditas en la carretera para apoyarlos tanto anímica como económicamente. “Estoy vendiendo gorditas de harina y de maíz, lo típico de Torreón, con distintos guisados como verde, rojo y arriero. Si tienen antojo de comida rica y quieren apoyar una causa noble, visítenme en el puesto amarillo al inicio de la carretera Panamericana”, invitó Esther.
Con esta iniciativa, Esther Adame no solo sostiene a su familia, sino que también demuestra el poder del amor maternal y la determinación frente a las adversidades. Su historia es un verdadero testimonio de sacrificio y esperanza.