El huracán Otis hizo su entrada en la costa de Acapulco, Guerrero, durante las primeras horas del miércoles 25 de octubre, exhibiendo una fuerza descomunal de categoría 5, según confirmó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC). Apenas a unos 8 kilómetros al sur de Acapulco, Otis desplegaba vientos sostenidos de hasta 270 km/h, poniendo en alerta máxima a las autoridades locales.
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Sin embargo, Otis se debilitó de manera veloz, disminuyendo su intensidad hasta alcanzar la categoría 2 en un lapso de apenas unas horas.
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Desde temprano, las poblaciones costeras de Guerrero y Oaxaca se encontraban en máxima alerta, preparándose para lo que se preveía como una amenaza inminente de “daños catastróficos”, según advirtió el NHC. Se esperaban fuertes vientos y lluvias torrenciales, con rachas de viento pronosticadas entre 215 y 260 km/h, así como un oleaje que podría alcanzar entre 8 y 10 metros de altura en las costas de ambas entidades, según reportó la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
A las 21:00 horas del martes, Otis se encontraba a una distancia aproximada de 88 kilómetros al sur-sureste de Acapulco, presentando vientos máximos sostenidos de 257 kilómetros por hora, lo que generó un ambiente de tensión y preparación entre la población.
Las autoridades de Guerrero pusieron en marcha la habilitación de refugios contra tormentas, mientras que la guardia nacional se movilizaba para colaborar en labores de rescate y evacuación. Se estimaba que Otis podría dejar precipitaciones de hasta 51 centímetros en algunas áreas de Guerrero y Oaxaca, con la posibilidad de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra. Además, se alertó sobre una marea de tormenta de carácter “potencialmente catastrófico” y condiciones de oleaje y corrientes de resaca de carácter “potencialmente mortales”.
Les escribo desde el hotel Hotsson en Acapulco, llevamos una hora de terror. El huracán está acabando con todo, el agua ingresa a la habitación en el piso 8.
— Fellini (@ErikFellini) October 25, 2023
El estruendo del aire es impresionante, vidrios de los cuartos rompiéndose, el hotel se mueve como si fuera un temblor.
Aunque la intensidad de Otis disminuyó, las autoridades instan a la población a mantenerse alerta y seguir las recomendaciones de seguridad en vista de la persistente amenaza que representa el huracán.
Se espera que las labores de evaluación de daños y las acciones de respuesta y auxilio estén en marcha en las próximas horas, a medida que se evalúan los impactos de este fenómeno meteorológico en la región.
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