“La Casa Feliz”, una expresión ARTÍSTICA en la colonia Obrera que cautiva a Chihuahua

Iniciamos con la historia de un hogar lleno de colores, donde bicicletas recicladas se convierten en sorprendentes obras de arte, junto con una variedad de sillas y bancas que parecen salidas de un cuento infantil o una película de fantasía.

Ana Juárez
Noticias

Iniciamos con la historia de un hogar lleno de colores, donde bicicletas recicladas se convierten en sorprendentes obras de arte, junto con una variedad de sillas y bancas que parecen salidas de un cuento infantil o una película de fantasía. Este hogar se encuentra en la colonia Obrera y ha sido bautizado por sus propios vecinos como “La Casa Feliz”. Aquí les presentamos la información.

“La Casa Feliz” es el hogar del artista plástico Alfred Espinoza y su esposa María del Rosario. Ellos rescataron esta casona de 130 años de antigüedad, convirtiéndola en una fuente de inspiración para la creación de piezas únicas, como las famosas “sillas mágicas”. Ubicada en la calle 39 Ramírez, la casa del artista está decorada con piezas artísticas en su fachada que permiten a vecinos y transeúntes disfrutar del arte. Estas obras, que incluyen bicicletas recicladas convertidas en esculturas y sillas llenas de color, rompen con lo cotidiano y transmiten alegría.

Alfred Espinoza se inspiró en un concepto nacido en Estados Unidos y decidió traerlo a México, creando sus propias versiones de estas sillas mágicas. Estas piezas varían en tamaño, desde grandes esculturas hasta sillas de tamaño natural, todas con un toque mágico y originalidad. A diferencia de las obras de arte tradicionales expuestas en museos, estas sillas son interactivas: se pueden tocar, abrazar y fotografiar.

El artista, oriundo de Delicias y psiquiatra de profesión, explicó que estas obras ubicadas fuera de su casa en la colonia Obrera, crean una atmósfera de bienestar para los habitantes de Chihuahua. La casa, desbordante de arte, ha sido comparada con un museo por la cantidad de piezas artísticas que alberga, lo que ha llenado de orgullo a Espinoza.

“La Casa Feliz” también se ha convertido en un punto de encuentro para alrededor de 50 grandes pintores y artistas de Chihuahua. Cada rincón de la casa, que cuenta con un patio central, está impregnado de arte, lo que la hace única tanto en su arquitectura como en su contenido artístico. Alfred Espinoza expresó su agradecimiento por el nombre que le han dado a su hogar, ya que refleja la felicidad que les ha traído.

La remodelación de la casa, realizada en conjunto con su pareja, ha sido un proyecto amoroso que ha florecido con la inclusión de bambús y plantas. Aunque es un espacio privado, el arte que rodea la casa transforma el entorno urbano. Alfred Espinoza, quien lleva 12 o 13 años como artista plástico, ha escrito 30 libros y descubierto su pasión por la pintura. Las sillas que crea son serenas, tranquilas y nostálgicas, recordando su pasado como árboles y contando historias.

Contenido Relacionado
×
×