Una imagen vale más que mil palabras, y la fotografía proporcionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) nos permite descubrir la riqueza cultural de nuestro país a través de un tesoro arqueológico: Cueva Grande. Un sitio arqueológico en las montañas de Chihuahua en el municipio de Madera, que destaca por su impresionante arquitectura y su conexión con la cultura Mogollón.
Cueva Grande forma parte de las “casas en acantilado”, un conjunto de construcciones que datan del período entre 1200 y 1521. Este asentamiento, emplazado bajo una cascada en la montaña, consta de nueve habitaciones distribuidas en torno a una plaza central, un diseño que revela un alto grado de organización social. La plaza cuenta con dos graneros para almacenar maíz, un recurso vital para sus habitantes. Además, una pequeña atalaya servía como punto de comunicación con el cercano Conjunto Huápoca.
La fotografía del INAH nos permite descubrir la riqueza cultural de nuestro país a través de un tesoro arqueológico: Cueva Grande. Este sitio, ubicado en el municipio de Madera, Chihuahua, destaca por su impresionante arquitectura y su conexión con la cultura Mogollón. pic.twitter.com/WA0WSGrjY9
— Not_Janeth (@Not_AztecaCUU) January 11, 2025
Un legado arqueológico de la cultura Mogollón
El sitio refleja la habilidad arquitectónica y la adaptación al entorno de esta cultura prehispánica. Desde su apertura al público en 1994, Cueva Grande ha sido un punto de interés tanto para investigadores como para turistas. Su ubicación, cercana al conjunto arqueológico Huápoca, y su delimitación por el río Papigochi han llevado a los especialistas a considerarla un espacio autónomo dentro de los asentamientos Mogollón.
El INAH destaca que Cueva Grande mantenía relaciones comerciales con Paquimé, uno de los centros culturales más importantes del norte de México. Esta conexión evidencia la integración de las comunidades Mogollón en redes más amplias de intercambio, lo que contribuyó al desarrollo de su economía y cultura.
Las “casas en acantilado”, como Cueva Grande, Huápoca y Cuarenta Casas, se construyeron en lugares elevados y protegidos, lo que no solo proporcionaba refugio contra el clima, sino también ventajas defensivas. Estas estructuras son testimonio de una estrategia arquitectónica que combinaba funcionalidad y seguridad.
Preservación y estudio
Gracias a la custodia del INAH, la conservación de Cueva Grande permite a las nuevas generaciones comprender y valorar el legado de las culturas prehispánicas del norte de México. Este sitio arqueológico invita a reflexionar sobre la creatividad humana y la riqueza cultural que yace en los rincones de nuestro país.
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