La actividad física no solo fortalece el cuerpo, sino que también tiene un impacto poderoso en la mente. Diversos estudios han demostrado como el ejercicio constante ayuda al cuerpo. A continuación te damos todos los detalles.
Desde mejorar la función cognitiva hasta reducir la ansiedad y la depresión, los beneficios del ejercicio para la salud mental son invaluables.
Exercise benefits for brain function. One study after another. Incontrovertible proof. Walk/run for your brain pic.twitter.com/nyIMLSw7xA
— British Journal of Sports Medicine (BJSM) (@BJSM_BMJ) May 6, 2016
Mejora de la función cognitiva y la memoria
Numerosos estudios han demostrado que la actividad física regular puede mejorar la función cognitiva y la memoria. Esto se debe a que el ejercicio estimula la circulación sanguínea en los circuitos neuronales involucrados en estas funciones, aumentando el flujo de oxígeno en el cerebro y promoviendo la liberación de neurotransmisores clave, como la serotonina.
Reducción de la ansiedad y la depresión
El ejercicio aumenta los niveles de serotonina, un neurotransmisor asociado con el control de las emociones y el estado de ánimo. Cuando los niveles de serotonina aumentan, disminuye la ansiedad y la depresión, así como otros síntomas como los dolores de cabeza y los comportamientos psicóticos.
Mejora de la imagen corporal y la autoestima
Además de los beneficios mentales, el ejercicio físico también puede mejorar la imagen corporal, el autocontrol y la satisfacción sexual. Esto se debe a que el ejercicio ayuda a mantener un peso saludable y promueve una actitud positiva hacia el cuerpo y la autoimagen.
¿Qué tipo de ejercicio es mejor?
El ejercicio físico aeróbico, que requiere de oxígeno para generar energía, es especialmente beneficioso para el cerebro. Actividades como caminar rápido, correr, nadar o bailar a buen ritmo son excelentes opciones. Se recomienda realizar ejercicio aeróbico a una intensidad moderada, entre el 50% y el 70% de la frecuencia cardíaca máxima.
Epigenética y ejercicio
La epigenética, que estudia cómo los genes interactúan con el ambiente, también juega un papel importante en los efectos del ejercicio en el cerebro. El ejercicio puede influir en la expresión génica mediante la regulación de moléculas como los microARN, lo que puede tener un impacto en la neuroplasticidad y los procesos de memoria.
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