El 8 de diciembre de 2024, un hito histórico marcó el avance de los rebeldes sirios en su ofensiva para derrocar al régimen de Bashar al Assad: la liberación masiva de prisioneros en la infame cárcel de Sednaya. Este centro de detención, conocido por su brutalidad y los abusos sistemáticos contra los opositores del régimen, fue escenario del colapso del gobierno de Assad, tras ser tomado por fuerzas rebeldes lideradas por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
🇸🇾 | HISTÓRICO: Los presos políticos de la prisión de Sednaya han sido LIBERADOS. Es el centro de torturas para opositores más grande del Medio Oriente.
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) December 8, 2024
Para poner en contexto, esto es como si liberaran a todos los presos del El Helicoide en Venezuela. pic.twitter.com/Rc5MuJz56e
Revelan momento exacto en el que rebeldes sirios liberan a miles de prisioneros en la cárcel de Sednaya
Los insurgentes abrieron las puertas de la prisión y liberaron a miles de detenidos, en su mayoría encarcelados por el aparato de seguridad del régimen durante más de una década.
El histórico evento fue anunciado por los rebeldes en un mensaje en Telegram, donde declararon el fin de la tiranía en la prisión de Sednaya, un lugar que, según organizaciones de derechos humanos, se convirtió en un símbolo de torturas y ejecuciones masivas. Imágenes y videos difundidos por las redes sociales mostraron a prisioneros saliendo de la cárcel, mientras los insurgentes les gritaban: “Se ha ido, Bashar al-Assad se ha ido, pueden irse”. Las escenas de alivio y asombro entre los liberados fueron ampliamente compartidas, simbolizando el colapso del régimen que durante años ha mantenido a Siria sumida en la opresión.
La caída del régimen de Assad
La prisión de Sednaya, situada a 30 kilómetros al norte de Damasco, ha sido uno de los lugares más notorios por las ejecuciones extrajudiciales y las condiciones inhumanas. Entre 2011 y 2015, Amnistía Internacional estimó que entre 5,000 y 13,000 personas, en su mayoría opositores, fueron ejecutadas en secreto. Las ejecuciones se realizaban en juicios rápidos, que duraban apenas minutos, y los prisioneros eran sometidos a torturas físicas y psicológicas antes de ser ejecutados. En 2017, el informe “El matadero humano” reveló estos crímenes, lo que convirtió a Sednaya en un símbolo de la represión.
La caída del régimen de Assad, que se consolidó con la toma de Damasco por los rebeldes, fue celebrada por miles de sirios que salieron a las calles a derribar retratos de Assad y símbolos del régimen. El presidente estadounidense Joe Biden y otros líderes internacionales seguían de cerca estos “extraordinarios acontecimientos” en Siria. A pesar de las celebraciones, expertos advierten que los desafíos para la estabilización del país son aún enormes, y el futuro de Siria dependerá de la reconstrucción política y social que se avecina.
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