Autoridades de Nueva York, prohibirán el uso de teléfonos celulares en las escuelas públicas durante toda la jornada escolar a partir del próximo ciclo lectivo. La medida, anunciada por la gobernadora Kathy Hochul y respaldada por medios como The New York Times y Associated Press, se integra al nuevo presupuesto estatal de aproximadamente 254 mil millones de dólares.
La propuesta busca limitar el acceso de los estudiantes a sus dispositivos móviles “de campana a campana”, es decir, desde que ingresan hasta que terminan las clases. Según Hochul, esta restricción responde a una necesidad urgente de proteger a los jóvenes del impacto de tecnologías “adictivas” que interfieren con su capacidad de concentración. “Así como los protegimos del tabaco, el alcohol y conducir ebrios, ahora los protegemos de tecnologías diseñadas para secuestrar su atención”, declaró la gobernadora.
Implementación flexible en los distritos
Aunque la decisión será de alcance estatal, cada distrito escolar tendrá la libertad de determinar cómo aplicar la prohibición y gestionar los dispositivos móviles durante el horario escolar. Entre las alternativas consideradas están:
- Almacenamiento físico centralizado, como lockers o cajas de seguridad;
- Bolsas de bloqueo magnético, que mantienen los celulares inaccesibles hasta el final del día;
- Entrega supervisada, en la que los estudiantes dejan sus dispositivos al personal escolar al ingresar.
La norma contempla excepciones para casos específicos, como estudiantes con necesidades médicas, discapacidades de aprendizaje o barreras lingüísticas.
Un debate abierto entre padres y autoridades
La propuesta ha generado críticas, particularmente entre padres preocupados por la imposibilidad de contactar a sus hijos durante emergencias. Esta preocupación ya había frustrado una iniciativa similar el año pasado, cuando la fuerte oposición parental llevó a desechar la propuesta.
Pese a las objeciones, Nueva York se sumaría a al menos ocho estados —incluidos California, Florida y Virginia— que han adoptado restricciones similares. A nivel nacional, aunque muchas escuelas ya limitan el uso de celulares, las autoridades educativas advierten que las políticas actuales son difíciles de aplicar si los dispositivos siguen al alcance de los alumnos durante los recreos o el almuerzo.
El reto, ahora, será garantizar una implementación efectiva y equilibrada, que respete tanto el objetivo pedagógico como los derechos de los estudiantes y la tranquilidad de sus familias.
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