Los vientos de Santa Ana son un fenómeno meteorológico que puede tener efectos devastadores en la vida diaria de los residentes de Los Ángeles y otras partes del sur de California . Cuando estos vientos fuertes y racheados se combinan con incendios forestales, pueden intensificar rápidamente la situación, haciendo que los incendios se propaguen con gran velocidad y alcancen niveles destructivos.
Estos vientos soplan desde el interior del estado hacia la costa, generalmente del este o noreste, y ocurren varias veces al año, especialmente entre los meses de septiembre y mayo. Aunque cada evento de Santa Ana suele durar solo unos días, en ocasiones puede prolongarse hasta una semana. Este fenómeno meteorológico es conocido por su capacidad de alterar las condiciones en la región, pero es durante los incendios forestales cuando su impacto es más notorio.
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— El Mundo Informativo (@ElMundoInforma1) January 8, 2025
Los Ángeles en llamas: Incendios forestales desatan caos, destrucción y evacuaciones masivas
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Ráfagas intensas alimentan los incendios en California
Los vientos de Santa Ana se generan cuando se establece una zona de alta presión sobre el interior del oeste de EE. UU., en regiones desérticas como Nevada, Utah, Idaho y Oregón. El aire caliente y seco que se desplaza hacia California aumenta su velocidad a medida que desciende por las montañas de Sierra Nevada. Al igual que el agua que acelera al pasar por una manguera, el viento se intensifica a través de los valles y desfiladeros de la zona.
La baja humedad del aire es un factor crucial en la propagación de los incendios forestales. Este aire seco elimina la humedad de la vegetación, lo que facilita que el fuego se encienda y avance rápidamente. Con vientos que pueden alcanzar velocidades de hasta 160 km/h, el fuego se propaga sin control, creando una situación extremadamente peligrosa para los bomberos y las comunidades cercanas.
El nombre “Santa Ana” proviene probablemente del cañón de Santa Ana en el condado de Orange, aunque el fenómeno afecta a una amplia área de California. También se le conoce como “viento del diablo” o “viento rojo”, debido a su capacidad destructiva y su relación con incendios forestales catastróficos.
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