Repartidores de aplicaciones RECHAZAN nueva regulación

Un grupo de repartidores ha manifestado su descontento hacia una reciente iniciativa gubernamental, argumentando que esta no solo les representa desventajas, sino que también podría afectar la calidad del servicio que ofrecen a sus clientes. Desde el inicio de la pandemia del coronavirus en febrero de 2020, el mundo ha experimentado cambios drásticos, entre ellos, la aparición de nuevos productos y servicios, así como la transformación de los patrones de consumo.

En medio de lo que muchos consideraron una crisis, un grupo de emprendedores vio una oportunidad en el servicio de entrega a domicilio, utilizando la tecnología para superar las barreras físicas y satisfacer las crecientes necesidades de un público que valora la rapidez y la eficiencia.

Los repartidores han encontrado numerosas ventajas en su trabajo. Son, en esencia, dueños de su propio tiempo, lo que les permite organizar su jornada laboral según sus conveniencias. Además, pueden determinar sus propios ingresos, ya que sus ganancias dependen de su esfuerzo y dedicación. Sin embargo, se enfrentan a la incertidumbre que genera la nueva regulación anunciada por el gobierno federal.

Muchos expresan su temor a que una formalización de su régimen laboral los coloque en desventaja, limitando su flexibilidad y reduciendo sus salarios. Como una repartidora mencionó: “Ya no será lo mismo tener libertad de tiempo; los salarios van a bajar y nos quitarán más impuestos”.

Una de las preocupaciones más grandes entre los repartidores es la seguridad en su trabajo. Muchos coinciden en que el gobierno debería enfocarse en garantizar su seguridad, priorizando la protección de sus motocicletas y bienes. Un repartidor comentó: “Preferiría que el gobierno se preocupara más por evitar robos en lugar de imponer un seguro obligatorio”.

Actualmente, en México hay alrededor de 500,000 trabajadores de aplicaciones que piden que, antes de legislar, el Estado comprenda que estas regulaciones podrían afectar no solo a ellos, sino a toda una cadena productiva y de servicios.

Los repartidores insisten en que cualquier cambio legislativo debe considerar las repercusiones en los comercios que dependen de su servicio y en los clientes que podrían ver reducidas sus opciones de entrega. “La verdad es que esto no nos conviene”, concluye Ilse Lorena Trejo, representante de Fuerza Informativa Azteca. Los repartidores esperan que sus voces sean escuchadas y que se busquen soluciones que no comprometan su autonomía y sustento.