La comunidad de Valle de Zaragoza, ubicada en Chihuahua, ha sido golpeada severamente por los efectos de la sequía que ha diezmado gran parte de su orgullo local: la sandía. Este municipio, reconocido como el epicentro de la producción de sandía en el estado, ha visto cómo la falta de lluvias ha afectado drásticamente sus cultivos en los últimos cinco años. A continuación te damos todos los detalles.
Históricamente, Valle de Zaragoza ha sido famoso por sus generosas cosechas de sandía, alimentadas por la dedicación incansable de los agricultores locales, conocidos como “piscadores”. Artemio González, uno de los productores destacados, solía exportar hasta 34 toneladas diarias de este jugoso fruto a estados como Veracruz. Sin embargo, la sequía ha reducido significativamente la superficie sembrada y, consecuentemente, la producción.
Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en 2018 se sembraron 220 hectáreas de sandía en Valle de Zaragoza, con una producción total de 12,160 toneladas. Para el año pasado, la superficie sembrada se redujo a 101 hectáreas, y la producción cayó a 4,922 toneladas, lo que representa una disminución del 59.5% en solo cinco años.
La sandía, apreciada por su textura jugosa y refrescante, es especialmente buscada durante los meses de junio y julio, cuando las altas temperaturas imperan en la región. Sin embargo, los productores han tenido que enfrentar desafíos cada vez mayores debido a la escasez de lluvias y al aumento de las temperaturas, que han obligado a redoblar esfuerzos en el uso del agua para riego.
Artemio González compartió su preocupación por las condiciones climáticas adversas que han impactado la calidad y cantidad de la producción. A pesar de las dificultades, los agricultores locales como él han perseverado, adaptándose a la producción bajo riego para mantenerse en el mercado. La sandía, conocida por su variedad de formas y pesos que van desde los 2 hasta los 20 kilogramos, es cuidadosamente cultivada por estos agricultores que enfrentan jornadas extenuantes bajo el sol abrasador del desierto chihuahuense.
Los “piscadores” y cortadores, esenciales en el proceso de cosecha, se enfrentan a largas horas de trabajo bajo temperaturas que a menudo superan los 40 grados centígrados. Estos trabajadores, provenientes de diversas regiones como Tabasco, Chiapas y Sinaloa, son expertos en seleccionar y cortar las sandías con precisión para garantizar su calidad y frescura en el mercado.
Luis Ángel López, jefe de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el distrito Parral, destacó que la sequía ha generado una disminución significativa en los rendimientos de los productores de sandía en toda la región. La falta de agua ha obligado a los agricultores a invertir más en sistemas de riego, lo cual ha impactado negativamente en la rentabilidad del cultivo. A pesar de estos desafíos, López expresó su esperanza de que las lluvias futuras puedan mejorar las condiciones para la siembra y la producción agrícola en el área.
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