La pequeña comunidad de Valle de Allende, el 8 de febrero de 1969, vivió un acontecimiento que marcaría su historia para siempre: la caída de un espectacular meteorito. Este suceso astronómico no sólo asombró a los habitantes locales, sino que pronto atrajo la atención de científicos de todo el mundo.
El meteorito ingresó a la atmósfera con un estruendo atronador, iluminando el cielo de la región sur del estado como si fuera de día alrededor de la 1:05 de la madrugada. Los residentes, sorprendidos, salieron de sus hogares para presenciar el evento. La impresionante roca espacial, que pesaba al menos dos toneladas, dejó un enorme surco que se extendía desde Valle de Allende hasta la localidad vecina de Pueblito de Allende.
Este hecho histórico no pasó desapercibido para la comunidad científica internacional. Laboratorios de todo el mundo acudieron a la zona para estudiar el meteorito y recopilar datos valiosos sobre el universo.
Incluso, científicos norteamericanos, europeos y personal de la NASA participaron en la preservación y recuperación de esta preciada roca cósmica a tan solo 5 meses de que el hombre fuera a la luna, por lo que los laboratorios y equipo de la NASA estaban sin utilizar, “estrenados” en la región sur del estado.
En honor a tan relevante acontecimiento, Francisco Ramirez Hermosillo fundó la Asociación Civil Meteorito de Allende, con el objetivo de consolidar un museo dedicado a este fenómeno astronómico. El Museo Regional y Centro Cultural “Meteorito de Allende” se convirtió en una iniciativa clave para acercar a los habitantes y visitantes a este fascinante evento que influyó en la historia del municipio.
Dada la importancia y el potencial turístico de este suceso, se busca que se brinde el apoyo necesario para que pueda aprovechar su historia y convertirla en un atractivo turístico.
La Asociación Civil Meteorito de Allende lleva alrededor de20 años trabajando arduamente en la preservación y recuperación de este valioso material, en colaboración con científicos e instituciones internacionales. El objetivo es obtener una certificación internacional que avale la colección, permitiendo que sea presentada con orgullo en el municipio y atraiga a turistas y entusiastas de la ciencia de todo el mundo.
El Meteorito de Allende se ha convertido en un ícono no solo para la comunidad local, sino también para la comunidad científica global. Su caída en 1969 fue un recordatorio poderoso de la vastedad y la maravilla del universo, y el esfuerzo por conservar este tesoro astronómico es una muestra de cómo la ciencia y el turismo pueden unirse para enriquecer la historia y el patrimonio de una región.