La sonda lunar Luna-25, lanzada por Rusia, sufrió un impacto en la superficie del satélite, perdiendo contacto a las 11:57 GMT del sábado, debido a problemas durante la fase de órbita previa al aterrizaje programado para el lunes.
Este incidente ocurrió tras la detección de una “situación anormal” por parte de Roscosmos, la agencia espacial rusa, que estaba siendo evaluada por sus expertos. La comunicación con Luna-25 se interrumpió el sábado a las 14:57 (11:57 GMT), según indicó la agencia en un comunicado el domingo. Basándose en resultados preliminares de la investigación, se concluyó que la nave “dejó de existir tras colisionar con la superficie lunar”.
El Luna-25 marcaba el regreso de Rusia a las misiones lunares, después de su último intento en 1976 con Luna-24. La noticia del fallo de la misión contrasta con los avances espaciales de otras naciones, como la India, cuya Organización de Investigación Espacial (ISRO) anunció la fecha de alunizaje del Chandrayaan-3.
El objetivo de Luna-25 era buscar agua en forma de hielo en la Luna y demostrar su competitividad espacial, a pesar de las dificultades económicas y la situación en Ucrania. Desafortunadamente, esta misión fallida también bajó la moral de los científicos de aquel país, quienes se muestran pesimistas por el futuro de su proyecto espacial.
