Un nuevo virus ha comenzado a levantar preocupaciones globales: el virus Oropouche. A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado emergencias por el aumento de casos de MPOX (viruela del mono) en diversas partes del mundo, otro patógeno está ganando atención debido a su reciente propagación en América Latina y Europa.
El virus Oropouche, un arbovirus del género Orthobunyavirus y la familia Peribunyaviridae, causa la fiebre de Oropouche, una enfermedad febril aguda principalmente en humanos en América Latina. Descrito por primera vez en 1955, el virus fue identificado en trabajadores rurales cerca del río Oropouche en Brasil. La fiebre de Oropouche afecta principalmente a países como Brasil y Perú, extendiéndose a otras áreas tropicales de la región amazónica.
A propósito de 5 casos detectados en España en viajeros procedentes de Cuba:https://t.co/gMiguEn9zj
— MICROBIOLOGÍA - Hospital Clínico de Valencia (@MicroClinicoVLC) August 11, 2024
os dejamos esta infografía sobre el virus Oropouche pic.twitter.com/pCulCGBdWg
En Brasil, se ha registrado un reciente aumento de casos y las primeras muertes asociadas al virus a finales de julio. En Europa, se han detectado casos desde junio en España, Italia y Alemania, aunque la mayoría de estos casos correspondían a personas que habían viajado a Cuba. El virus también ha comenzado a afectar a Perú, Colombia, Ecuador, Argentina, Panamá, Bolivia, Trinidad y Tobago, Cuba y Guyana Francesa. El 25 de julio, Brasil informó de las primeras muertes por el virus, que involucraron a dos mujeres jóvenes sin problemas de salud preexistentes.
El Oropouche se transmite principalmente por la picadura del mosquito infectado del género Culicoides, especialmente Culicoides paraensis. No hay evidencia de transmisión por contacto directo o aéreo, aunque algunos informes sugieren la posible transmisión de madre a feto. Los síntomas aparecen entre 4 y 8 días después de la picadura y pueden durar entre 5 y 10 días. Incluyen fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolor muscular, dolor en las articulaciones, mareos, sensibilidad a la luz, náuseas, vómitos y erupciones cutáneas. En algunos casos, puede haber una segunda fase con síntomas recurrentes.
El diagnóstico se realiza mediante pruebas serológicas para detectar anticuerpos o técnicas de PCR para identificar el ARN viral. No existe un tratamiento específico para la fiebre de Oropouche; el manejo se centra en aliviar los síntomas con analgésicos, antipiréticos y líquidos. La mayoría de los casos se resuelven sin complicaciones graves, aunque pueden surgir síntomas persistentes o complicaciones raras.
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