¿No puedes empezar el día sin tu taza de café por la mañana? La ciencia explica por qué ese ritual matutino es más que un simple placer. En México, el 68% de los mayores de 15 años consume al menos una taza de café al día, y un 24% llega a tomar entre tres y cuatro tazas, una cantidad cercana al límite seguro de cafeína. A continuación te damos todos los detalles.
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Para entender cómo el café te despeja, primero es necesario comprender el papel del cansancio en nuestro cuerpo. Durante el día, nuestras neuronas producen un subproducto llamado adenosina, que se acumula a medida que permanecemos despiertos. Esta molécula se adhiere a los receptores A1, A3 y A2A en el cerebro, causando somnolencia y sensación de agotamiento.
Estos son los beneficios de tomar una taza de café por la mañana
Aquí es donde entra la cafeína. Al consumir una taza de café, la cafeína entra en la sangre desde el intestino y llega al cerebro. Allí, se une a los mismos receptores de adenosina, bloqueando su capacidad para causar cansancio. En esencia, la cafeína no elimina el agotamiento, sino que engaña a tu cerebro, impidiendo que percibas la fatiga durante unas horas.
Pero eso no es todo: la cafeína también activa la liberación de adrenalina y cortisol, hormonas que aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, preparan los músculos para el trabajo y mejoran la capacidad respiratoria. Este efecto ayuda a incrementar la fuerza muscular y la alerta, contribuyendo a una sensación de mayor energía y enfoque.
Es importante señalar que con el tiempo, el consumo regular de cafeína puede llevar a una mayor tolerancia. Si antes una taza era suficiente, es posible que ahora necesites dos para obtener el mismo efecto. Esto sucede porque el cerebro crea más receptores de adenosina para compensar, pero si reduces el consumo de cafeína, tu cerebro eliminará esos receptores adicionales.
La cafeína también está presente en otros alimentos como el chocolate negro, el té y algunos refrescos. Por ejemplo, una taza de café expreso contiene unos 60 miligramos de cafeína, mientras que una taza de té negro aporta alrededor de 40 miligramos y una lata de refresco de cola contiene unos 35 miligramos.
Así que la próxima vez que disfrutes de tu café, recuerda que detrás de esa taza caliente hay una compleja interacción científica que te ayuda a empezar el día con energía.
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