Los huevos son un ingrediente fundamental en muchas cocinas alrededor del mundo. Sin embargo, existe cierta controversia en cuanto a su almacenamiento, específicamente si deben o no ser guardados en el refrigerador. Expertos en nutrición y seguridad alimentaria han ofrecido sus opiniones al respecto.
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Uno de los puntos clave que destacan los especialistas es que, a pesar de que es común encontrar huevos en los supermercados fuera del área de refrigeración, la temperatura ambiente es la mejor opción para su almacenamiento. Esto se debe a que los cambios bruscos de temperatura pueden provocar la condensación de agua en la cáscara del huevo, aumentando así el riesgo de contaminación del alimento.
La cáscara del huevo es porosa y, al humedecerse, puede facilitar el crecimiento de bacterias, lo que supone un riesgo para la salud. Mantenerlos a temperatura ambiente minimiza este riesgo y mantiene la frescura del producto.
Otro punto a considerar es la ubicación dentro del refrigerador. Es recomendable evitar colocarlos en la puerta, ya que esta zona es la más cálida y puede resultar contraproducente, especialmente cuando se abre y cierra el electrodoméstico con regularidad.

En cuanto a la lavada de los huevos, los expertos son categóricos al afirmar que no es recomendable hacerlo. La presión del agua puede romper la cutícula protectora que recubre la cáscara, lo que podría dañar la yema y la clara del huevo, afectando así su calidad y propiedades nutricionales.
Si bien no hay evidencia contundente que respalde que los huevos refrigerados sean más saludables que los almacenados a temperatura ambiente, los especialistas coinciden en que la clave radica en mantener una adecuada higiene y manipulación de este alimento desde su adquisición hasta su consumo.
En resumen, la recomendación general es mantener los huevos a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco, lejos de fuentes de calor y cambios bruscos de temperatura. Al hacerlo de esta manera, se asegura la frescura y seguridad alimentaria de este valioso ingrediente en la cocina cotidiana.
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