En el mundo de los amantes de los gatos, la diversidad de nombres cariñosos para estos felinos es tan vasta como su propia personalidad, pero, ¿por qué se les dice “michis” a los gatos? En Azteca Chihuahua te decimos.
Un acercamiento al oído felino
La elección de nombres para nuestros amigos felinos no es arbitraria; de hecho, va más allá de simplemente querer llamar su atención. Los gatos poseen oídos sensibles capaces de percibir altas frecuencias, superando incluso la capacidad auditiva humana. Esta habilidad los convierte en excelentes cazadores y, al mismo tiempo, en receptores de nombres cariñosos que resuenan en su peculiar mundo sonoro.
Michi: una cariñosa variante
Si bien en muchos lugares se les llama simplemente “gatos”, en países como Colombia, Chile, Brasil, Perú y Panamá, la denominación “michi” se ha vuelto una forma afectuosa y común de referirse a estos felinos. Pero, ¿qué otras variantes existen? Desde “michis” hasta “morroños”, pasando por “mizos” y “mininos”, la diversidad lingüística refleja la riqueza cultural de la región.
¿De dónde viene la palabra “michi”?
La curiosidad nos lleva a preguntarnos: ¿de dónde viene la palabra “michi”? Dos teorías populares nos ofrecen perspectivas intrigantes. La primera sugiere que estas denominaciones provienen de lenguas nativas en México, como el Maya, Purépecha, Otomí, Náhuatl y Tarahumara. En estas lenguas, palabras como “mixi” en Otomí guardan similitudes fonéticas con “michi”.
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La segunda teoría nos transporta al año 1532, cuando los españoles invadieron el imperio Inca. Se dice que estos colonizadores llegaron acompañados de gatos a los que llamaban con sonidos parecidos a “mishi”. Los Incas, creyendo que ese era el nombre de los felinos, adoptaron la palabra en su lengua como “michi”.
Misterio sin resolver
A pesar de estas teorías, el origen exacto de la palabra “michi” sigue siendo un misterio. En la época prehispánica en México, los felinos tenían un papel cultural importante, especialmente los pumas, jaguares y ocelotes, considerados sagrados. Aunque el misterio persiste, lo que queda claro es que la palabra “michi” ha perdurado en el tiempo como una forma cariñosa de referirse a estos animales independientes y amorosos.
En la actualidad: el cariño perdura
Independientemente de su origen, la palabra “michi” se ha arraigado en el lenguaje cotidiano de los amantes de los gatos. Llamar así a estos felinos es más que una moda; es una expresión de cariño que trasciende las barreras lingüísticas y culturales.
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