Es probable que en tu recorrido por el supermercado te hayas topado con ofertas tentadoras de pollo en charola, más barato que el que está en los refrigeradores. Sin embargo, ¿sabías que este tipo de carne puede representar un riesgo considerable para tu salud, especialmente con los recientes brotes de la bacteria asociada al síndrome de Guillain-Barré? A continuación te damos todos los detalles.
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Rafael Carbajal, Especialista en Alimentos y Biotecnólogo, ha respondido a las preocupaciones de sus seguidores, destacando los motivos por los cuales esta carne no debería ser parte de tu compra habitual si quieres evitar más que simples malestares estomacales.
El principal problema radica en la falta de refrigeración adecuada. Cuando el pollo no se mantiene a la temperatura adecuada, se convierte rápidamente en un caldo de cultivo para microorganismos que comienzan a descomponer la carne.
Aunque algunos puedan atribuir el contenido inflado de la charola a un simple cambio de temperatura, Carbajal aclara que esos gases acumulados son, en realidad, signos de crecimiento microbiano al mantenerse a temperatura ambiente.
Incluso cocinar este pollo no eliminará por completo las bacterias o toxinas que se hayan formado durante el tiempo que estuvo fuera de refrigeración. Esto no solo se relaciona con problemas estomacales, sino también con enfermedades más graves como el síndrome de Guillain-Barré, que puede afectar el sistema nervioso periférico, causando desde debilidad muscular hasta parálisis e incluso la muerte.
Secretaría de Salud exhorta a extremar precauciones
Por su parte la Secretaría de Salud de Michoacán advierte sobre la importancia de prevenir este síndrome, que puede ser desencadenado por la bacteria Campylobacter jejuni, presente en alimentos contaminados.
Además del pollo poco cocido, también se ha encontrado en productos lácteos y agua no tratada. Se recomienda mantener una rigurosa higiene en la manipulación de alimentos, evitando consumir comida en lugares poco higiénicos y optando por alimentos bien cocidos.
Ante cualquier síntoma, como debilidad muscular repentina, dificultades para respirar o tragar, es crucial buscar atención médica de manera inmediata. La prevención y la conciencia sobre los riesgos asociados con el consumo de alimentos contaminados son fundamentales para proteger la salud de todos.
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