Este fin de semana, el cielo del desierto de Samalayuca y otras partes de Chihuahua ofreció un impresionante espectáculo: el cometa Tsuchinshan-ATLAS, también conocido como el “cometa del siglo”. Si no tuviste la oportunidad de observarlo el sábado, aún tienes hasta finales de octubre para presenciar este fenómeno astronómico que no se repetirá en 80 mil años.
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Un espectáculo sin precedentes
Durante el sábado 12 de octubre, el cometa Tsuchinshan-ATLAS se acercó a su punto más cercano a la Tierra, situándose a unos 71 millones de kilómetros de nuestro planeta. Este cometa ha sido esperado con gran anticipación desde que fue detectado en enero de 2023. Su apodo, “cometa del siglo”, no es casualidad: la NASA lo ha catalogado como uno de los cometas más brillantes en los últimos 300 años, siendo visible incluso durante el día, un fenómeno raramente observado en la historia.
Los cometas, como el Tsuchinshan-ATLAS, son cuerpos celestes formados principalmente por hielo y gases como hidrógeno, dióxido de carbono y agua. Aunque su composición puede parecer simple, estos objetos han tenido un papel crucial en la historia de nuestro planeta. Los científicos creen que los impactos de cometas en la Tierra contribuyeron a la formación de los primeros signos de vida, lo que hace que estos visitantes cósmicos sean aún más fascinantes.
Samalayuca, el escenario perfecto
El norte de México fue privilegiado al tener una vista única de este evento astronómico. Lugares como Sonora, Monterrey y Chihuahua permitieron a sus habitantes ser testigos de este espectáculo celestial. Entre estos destinos, Samalayuca destacó por ofrecer un escenario perfecto para la observación, con su majestuoso desierto como fondo. Las redes sociales se llenaron de impresionantes fotografías que inmortalizaron el paso del cometa Tsuchinshan-ATLAS, compartiendo este momento único con el resto del mundo.
Última oportunidad para verlo
Aunque el cometa Tsuchinshan-ATLAS ya alcanzó su punto más cercano, aún es posible observarlo hasta el 24 de octubre, aunque con menor claridad. Para aquellos que deseen capturar este evento histórico, deben mirar hacia el oeste después del atardecer. Este cometa no volverá a aparecer en nuestro cielo hasta dentro de 80 mil años, lo que lo convierte en una oportunidad irrepetible.
Este evento celestial ha dejado una marca en la memoria colectiva, y quienes lo observaron podrán decir que fueron testigos de un momento que no volverá a repetirse en varias generaciones.
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